La semana pasada, Public Counsel obtuvo una importante victoria en nuestra lucha para hacer frente a la arraigada segregación racial y la desigualdad educativa en las escuelas públicas de la ciudad de Nueva York. En una decisión histórica, un panel del tribunal de apelación de Nueva York revocó por unanimidad la desestimación de un tribunal inferior de nuestra demanda, IntegrateNYC contra el Estado de Nueva York, permitiendo que el caso proceda a juicio. Esta decisión histórica podría marcar el principio del fin del sistema educativo dual de la ciudad de Nueva York, con implicaciones nacionales que se extienden más allá del mayor distrito escolar del país.
Las escuelas de Nueva York se encuentran entre las más segregadas del país. Ya en el jardín de infancia, el sistema utiliza un examen discriminatorio para clasificar a los alumnos en dos categorías académicas, marcándolos con distintivos de inferioridad y superioridad que se correlacionan en gran medida con la raza y los ingresos, mientras que tienen poco que ver con la capacidad. En años posteriores, este seguimiento racializado se intensifica a medida que se prepara a los alumnos superdotados y con talento para su admisión en escuelas secundarias especializadas, escuelas de élite y con recursos para las que la admisión se basa en la puntuación obtenida en un único examen estandarizado.
No es sorprendente que este proceso defectuoso y discriminatorio perpetúe un pernicioso ciclo de desigualdad racial. En 2021, a pesar de constituir casi el 70% de la población estudiantil, los estudiantes negros y latinos, respectivamente, sólo recibieron el 3,6% y el 5,4% de las ofertas de bachillerato especializado. En su lugar, estos estudiantes de color son canalizados de forma abrumadora hacia las escuelas más masificadas y con menos recursos, con los profesores menos cualificados.
En marzo de 2021, los estudiantes de la ciudad de Nueva York, y la organización dirigida por jóvenes IntegrateNYC, tomaron valientemente medidas para desmantelar este sistema desigual, presentando la primera demanda en la nación que afirma el derecho constitucional a una educación racialmente justa. Además de cuestionar el sistema de seguimiento racializado, la demanda aborda la ausencia de un plan de estudios culturalmente sensible, las prácticas disciplinarias racialmente dispares y el fracaso en la creación de una plantilla de educadores diversa. Posteriormente, la New York City Coalition of Educational Justice, dirigida por padres, y P.S. 132 Parents for Change, se unieron a la demanda como demandantes. Están representados por Public Counsel, Peer Defense Network y Sidley Austin LLP.
El dictamen de la División de Apelaciones confirmó que nuestras impugnaciones tenían fundamento constitucional. Concluyó específicamente que una "educación básica sólida" requiere la eliminación de un sistema educativo segregado de dos niveles y el uso de pruebas "culturalmente sesgadas y pedagógicamente poco sólidas" que crean un conducto racializado hacia las escuelas que tienen y las que no tienen. Yendo más lejos de lo que ningún tribunal haya sostenido jamás, declaró que la constitución estatal bien podría exigir "aportaciones que mejoren los efectos del racismo y la pobreza".
Public Counsel tiene el honor de apoyar a estos valientes jóvenes y padres en su lucha por la justicia racial y educativa. Gracias al fallo histórico de la semana pasada, hemos dado un paso significativo para poner fin a este sistema injusto que crea profundas disparidades raciales en las oportunidades educativas para los niños de la ciudad de Nueva York. Es hora de que la ciudad y el estado tomen medidas decisivas para desmantelar este sistema de una vez por todas.
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