En 1990, el Congreso aprobó la Ley de Estadounidenses con Discapacidades (ADA), cuyo objetivo es hacer que una serie de servicios, incluidos los programas de cuidado infantil, sean accesibles a las personas con discapacidad. La ADA prohíbe a los proveedores de servicios de cuidado infantil familiar y a los centros de cuidado infantil discriminar a un niño, padre o empleado únicamente por su discapacidad (como por ejemplo, negar la admisión en un programa de cuidado infantil).